miércoles, 10 de diciembre de 2008

Reseña histórica de la Escuela Superior Miguel Meléndez Muñoz

RESEÑA HISTÓRICA DE LA ESCUELA

Por: Ismael Rivera


En el año 1914 había en Cayey un octavo grado que había fracasado casi por completo debido a los cambios de maestros americanos que había tenido. En ese mismo año llegó a Cayey el Profesor Sánchez quien tomó a su cargo ese mismo grado el cual triunfó en sus estudios.
Al siguiente año (1915) se organizó el noveno grado en la pequeña escuela de dos plantas, sistema de construcción antiguo, conocida con el nombre de escuela Harrison, de cuatro salones, dos en la planta alta y dos en la planta baja. Fue nombrado para atender esa escuela el profesor Sánchez como sub-principal. Con el noveno grado se implantó al siguiente año el décimo, usándose un salón de la escuela Carrión que entonces era utilizado por la logia Buenas Costumbres. No había pupitres y se usaban solamente la mesa de los banquetes de dicha logia.
Más tarde al siguiente año (1916), se organizó el tercer año y fue necesario trasladar toda la escuela a la casa de tres pisos que radica en la calle Luis Muños Rivera. Durante este año la escuela fue visitada por el comisionado de instrucción, honorable Juan B. Huyke y debido a un proyecto de ley presentado por el representante Planellas en aquella época, se empezó a construir el nuevo plantel que luego albergara la escuela superior. La misma fue construida en el año 1924. lleva el nombre en honor al vigésimo tercer presidente de los Estados Unidos, honorable Benjamín Harrison, pues ante se acostumbraba ponerle los nombres de los presidentes americanos a las escuelas de la isla.
Fue su principal o director un americano, por no querer aceptar dicha principalía el profesor Sánchez, nombrándosele sub-principal.
El proyecto de ley convirtiendo la escuela en una escuela superior se firmó con la ayuda de una comisión de padres que con miles de firmas influyeron en la legislatura para que el proyecto del señor Planellas fuera aprobado y en esta forma nuestra escuela superior empezó su vida normal por los años 1918, 19, hasta el presente.
Al edificio original se le agregaron dos estructuras adicionales. De esta forma la escuela aumentó su tamaño a tres edificios que eran el edificio central, que tenía once salones de clases y en la que se ofrecían las siguientes asignaturas: español, inglés, historias, matemáticas, química y aviación. En este edificio, en la planta alta, estaban las oficinas del director y la orientadora vocacional y en la planta baja la biblioteca. En el segundo edificio, localizado detrás del edificio central, se ofrecían: biología, física, ciencias físicas, inglés, español, álgebra y arte dramático. El tercer edificio era el vocacional. Este tenía los salones de comercio en el frente y en la parte de atrás estaban los talleres de los oficios. Se encontraba también en este edificio la oficina del director asociado a cargo de los cursos de oficios.
La historia de nuestra escuela vocacional es interesante. Hubo la necesidad de establecer las escuelas vocacionales en Puerto Rico porque la isla se empezaba a industrializar y había necesidad de personal diestro para las industrias. La escuela empezó con unos ranchones de madera que se encontraban detrás del edificio donde está actualmente la escuela intermedia Benigno F. García. Los cursos que entonces se ofrecían era para veteranos. Más tarde, con la influencia de don Miguel Meléndez Muñoz, se construyó un nuevo edificio donde actualmente se ofrecen los cursos de oficios y de comercio.
En el 1969, luego de una serie de demostraciones por parte de estudiantes y miembros de la comunidad en demanda de una nueva escuela se pasó a ocupar unos edificios construidos en el campamento Henry Barracks. Estos albergarían nuestra escuela Superior en forma temporera mientras se construía la nueva escuela. Entonces dirigía la Escuela Superior de Cayey el señor Francisco Cotto Vázquez, quien había pasado a ocupar la dirección de la misma en 1959 luego del deceso del Sr. Juan Méndez, su anterior director.
En el 1972 el Departamento de Instrucción Pública procedió a establecer una segunda escuela superior en nuestro pueblo, procediéndose en este caso a desligar la parte vocacional de la académica en la escuela superior ya existente. De este modo la escuela superior que se había mudado para el campamento Henry Barracas pasó a ser una escuela superior académica independiente de la escuela Vocacional que se quedó funcionando en el pueblo bajo el nombre de Benjamín Harrison. Pasó a llamarse esta nueva estructura (académica) Escuela Superior Sector Campamento y luego Escuela Superior Académica Miguel Meléndez Muñoz. Después de una serie de gestiones, visitas, papeleo, etc., logró realizarse el sueño de muchos cayeyanos y en enero de 1977 empezó a funcionar la moderna estructura que hoy lleva el nombre de ese insigne puertorriqueño que fue Don Miguel Meléndez Muñoz. Este plantel de enseñanza cuenta con todas las facilidades de una escuela moderna, albergando 42 salones de clase, oficinas para directores, secretarias, orientadores vocacionales y trabajadores sociales. Tiene, además, una amplia biblioteca, un espacioso comedor escolar, gimnasio, cancha de baloncesto y “volleyball”y dos grandes áreas de estacionamiento tanto para estudiantes como para maestros. Entre los salones de clases hay uno de economía doméstica y otro de electrónica; asignaturas que se incorporan al currículo de nuestra escuela superior académica. Todo este complejo escolar funciona bajo la dirección de la señora Lydia Denizard, quien se incorpora nuestra escuela como directora asociada en el 1972 pasando luego a directora en propiedad en 1976 al retiro del señor Francisco Cotto.
Durante toda esta historia, nuestra escuela superior ha dado a la sociedad óptimos frutos, valores de verdadera importancia, entre los que se encuentran un gran número de médicos, ingenieros, farmacéuticos, abogados, enfermeras, secretarias, militares, escritores, poetas y maestros de gran calibre; en fin, una larga lista de profesionales que han sido para esta Alma Máter una verdadera floración de ciudadanos ejemplares y útiles para el progreso económico, social y espiritual de nuestra isla.

Copiado por: Sra. Mayriam Karin Díaz
Maestra Bibliotecaria